Quiénes somos

Un equipo cercano y profesional

Formados en psicología e intervención social, compartimos la sensibilidad para apoyar a las personas en el desafío de reparar las heridas del pasado, construir un presente enriquecedor y potenciar el diseño de un futuro que ilusione.

 En continua construcción

Chiquillos y en el Campo nació en el año 2008 de un grupo de personas implicadas en diversos proyectos con infancia y familia, constituyéndose en el 2009 como asociación.

Conocer la realidad en la que viven muchos niños y niñas nos motivó a desarrollar un proyecto que trabajara por ellos. Decidimos priorizar a aquellos más dañados, tratando de crear una plataforma que sirviera a todos aquellos entornos en los que crecen y se desarrollan.

Diez años de evolución han llevado a que transformemos la entidad en una Fundación sin ánimo de lucro cuyos fines y objetivos son fieles al proyecto inicial y cuya estructura nos permite llegar a más personas y, sobre todo, a más niños.

Algunas ideas que guían nuestro trabajo

«Nuestra misión no es juzgar ni justificar, sino comprender lo que ocurre para intervenir.»

Jesús Valverde Molina.

 

Enfoque sistémico

Formados en el modelo sistémico de la psicología, la comprensión de los problemas se origina en la comprensión de las relaciones entre las personas. Trabajamos con tutores, familias, educadores… que participan activamente en los procesos de cambio.

Excentricismo

El amor se encuentra en nuestro trasfondo filosófico, enraizando y dirigiendo nuestras acciones, que tratamos de planificar y llevar a cabo siempre «poniendo el centro fuera» (ex-céntrico) de nosotros. El centro de nuestro trabajo son las personas que sufren, y su crecimiento nuestro objetivo. El amor se entiende como aquello que puede fomentar dicho crecimiento.

Voluntariedad

Buscamos obtener la motivación para el cambio, pues cada persona es la principal protagonista de su propio proceso, y por tanto también la principal responsable. Las personas con las que trabajamos participan voluntariamente en el proceso que se sigue.

Cotidianidad y espontaneidad

Las intervenciones se realizan de forma natural y continua. Cuando lo terapéutico es el entorno, el cambio es la consecuencia más probable y espontánea. Buscamos que las personas sientan cómo lo terapéutico puede formar parte de su día a día.

Personalización y flexibilidad

Generamos una dinámica de convivencia en los grupos que persigue la adaptación a la individualidad de cada uno sin perder de vista la necesidad de una dinámica cotidiana que nutra al conjunto. Así, la adaptación a los procesos de cada persona es un aspecto muy importante de nuestro trabajo.

Creatividad

Estimulamos los recursos de cada persona aprovechando su potencial curativo. Complementar todo lo verbal con diferentes vías de expresión facilita las transformaciones. Cuando las dificultades se canalizan en energía creadora, el resultado nos lleva por caminos novedosos y, en ocasiones, auténticas obras de arte.

Cercanía y entorno hogareño

Mezclamos un trabajo profesional con un entorno familiar. Es por ello que trabajamos con grupos reducidos, generando pequeños sistemas preparados para adaptarse y provocar el cambio.